No todo en el mundo de las estrellas hallyu es bueno. Además de las estrictas
dietas de alimentación, las jornadas intensivas de ejercicio o la falta de sueño,
existe un fenómeno que envuelve a cada grupo de pop surcoreano y que resulta
peligroso: los sasaeng fans (o en inglés stalker fans).
Un sasaeng es un fan extremo, definido como aquel que es “excesivamente
obseso por los ídolos del KPop”. Generalmente actúan solos, o junto a dos o tres
personas de confianza y no suelen revelar sus nombres, manteniendo todo en
completo anonimato. Algunos incluso dudan de usar el término ‘fan’ para referirse
a ellos. El fenómeno es ampliamente tratado en los diarios surcoreanos, puesto
que existe un gran número de ídolos que lo padecen diariamente.
Algunas de las cosas que hace un sasaeng son: guardar sangre menstrual y
dejarla en la puerta del apartamento del ídolo, hacer copias de las llaves del
apartamento, entrar por la noche y besarles mientras duermen, romperle algún
hueso a la celebridad o pincharles el teléfono.
El objetivo, conseguir tocarles y
tomarles fotos exclusivas, que luego circularán por Internet en blogs de todo tipo
(y que posteriormente se convertirán en noticias de portada). En Corea del Sur
existen empresas que ofertan servicios para espiar a los ídolos y tarifas de taxis
para perseguirlos.
En numerosos reportajes de periodistas surcoreanos en los que consiguieron
hablar con sasaengs y taxistas, éstos aseguraron que uno de estos fans suele
gastar al mes en la persecución en taxi unos 1.000 $. El alquiler de un día entero
cuesta 300 $. Kim, taxista de 37 años, mencionó que cobra 30$ por hora y que
hay algunos taxistas que incluso les envían mensajes a sus clientes avisándoles del lugar en el que se encuentran sus ídolos en cada momento.
El actor Jang
Geun Suk publicó en su Twitter en una ocasión “no necesito fans así, fuera. Estoy
ofendido”, porque unas sasaengs pusieron antenas en el transporte en el que
viajaba para poder seguirlo.
El ‘proceso de transformación’ de fan a sasaeng, como lo describió Kim de 18
años, consiste en dejar de comprar sus discos e ir a sus conciertos y empezar a
escribir fanfics, acampar en la puerta de su casa, descubrir el número telefónico
de familiares y amigos de la estrella para llamarlos y perseguirlos en taxi.
Muchos
de estos ‘fans’ duermen en Cabinas de Internet. Todo esto puede verse
claramente en el drama ‘Reply 1997’.
Dos de los grupos más famosos de KPop por ser acosados por sasaengs son
JYJ y EXO. En el caso de JYJ hubo fans que se mudaron al piso de al lado para
espiarles día y noche, entraron en la habitación de Jaejoong para besarle, robaron
sus cuentas de Twitter (dos veces le pasó a Jaejoong) o fueron en masa a la casa
familiar.
Otro ídol que escribió sobre esto en Twitter fue GDragon, de Big Bang,
cuando muy enfadado pidió el respeto de su familia, que asustada, era incapaz de
dormir o salir a la calle. Este fue uno de los motivos por los que Jaejoong
interpretó la película ‘Jackal is coming’, donde una sasaeng lo perseguía y se
metía en su privacidad.
EXO denunció su situación el pasado 13 de Agosto en el diario SportsSeoul. D.O
aseguró que había “desarrollado una mentalidad de víctima debido a las sasaeng
fans. Es tan malo que mi humor cambie incluso cuando veo a fans normales.
Incluso mi personalidad cambia”.
Otro de los miembros del grupo afirmó que: “Nos
molesta porque en lugar de lastimarnos a nosotros, lastiman a nuestros vecinos e
incluso a personas que no tienen nada que ver con nosotros. También es
inquietante porque somos conocidos por tener muchas sasaeng fans así que
nuestras fans normales algunas veces injustamente son confundidas con
sasaengs”.
Muchas de estas fans dejan incluso de asistir a la escuela. Una empresa de
espías llegó a denunciar que una de ellas ofreció hasta 1.000 $ si el detective
conseguía darle la ropa interior de su ídol. Persecuciones en taxi, espías, salas oscuras de ordenador, suplantación de
identidad o entrada de terceras personas en casas privadas puede parecer parte
de una película de acción o ciencia ficción, pero en Corea del Sur es una realidad
diaria.
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